martes, 18 de enero de 2011

Mnemosyne

En la memoria
atesoro el recuerdo
de tus desdenes.
Guardo el recuerdo
de un porvenir más bello
en mi Tesauro.

Ese dios maldito una pira pide,
altar para inmolar amores dobles,
pasión, cariño, locuras nobles,
desvaríos que el corazón no mide.

Duración y momento, rivales
parejos en el campo de batalla
de un hígado desbocado que estalla
en torrenteras de bilis iguales.

Negras melenas y silencios fieros,
besos reales, imposibles besos,
cuerpos para navegarlos enteros

a golpes de labios y sudor,
del amor insaciables compañeros,
dementes, irresponsables, posesos.

De aquello queda
la sombra del momento.
Sólo el concepto
de esa otra vida
alojada en la nada
de un mal recuerdo.

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