Sin cincel
nunca habría podido la piedra
volverse David.
Sin martillo
nunca habría podido el cincel
librar a David de su cárcel de mármol.
Sin la ciencia
nunca habría podido el Divino
hallar la belleza del cuerpo perfecto.
Nace la estatua
del hombre que sabe
buscar lo escondido
usando la fuerza
del puro intelecto
volcado en el uso
preciso y concreto
de ciencia, cincel y martillo.
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